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martes, 23 de marzo de 2010

Capítulo 7: La mariposa y su acantilado

Hoy ha sido uno de esos días en las que me hubiera gustado que donde acaba Barcelona hubiera un acantilado. Lo hubiera subido con rabia y enfado y una vez en el filo hubiera cogido aire y con todas mis fuerzas hubiera gritado: Me cago en el mundooooooooooooooooooooo! (menos en mi familia más cercana, en mis amig@s y en l@s lector@s de este blog claro).

Sé que si esta ensoñación fuera real poco hubieran cambiado las circunstancias de mi agobio pero al menos me desfogaría que nos es poco. Y es que a veces, aunque nada se arregle por ello, todos tenemos derecho a patalear por las injusticias de la vida y sacar por algún lado la impotencia que nos invade. Ésa es una de las cosas que más hecho de menos de ser niñ@, cuando podías tener una berrinche y llorar durante rato sin tener que dar explicación alguna del porqué. Pero ya sabréis por mi primer post que he llegado a los 30 así que de momento, como vía de escape, seguiré apretando mi bolita antistress que curiosamente tiene forma de mundo...

1 comentario:

  1. tranqui mariposa cuando veas un acantilado solo utiliza tus alas y superarás cualquier obstáculo,
    tu puedes con todoooooooo!!!!!!!
    atlanta

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