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martes, 23 de marzo de 2010

Capítulo 7: La mariposa y su acantilado

Hoy ha sido uno de esos días en las que me hubiera gustado que donde acaba Barcelona hubiera un acantilado. Lo hubiera subido con rabia y enfado y una vez en el filo hubiera cogido aire y con todas mis fuerzas hubiera gritado: Me cago en el mundooooooooooooooooooooo! (menos en mi familia más cercana, en mis amig@s y en l@s lector@s de este blog claro).

Sé que si esta ensoñación fuera real poco hubieran cambiado las circunstancias de mi agobio pero al menos me desfogaría que nos es poco. Y es que a veces, aunque nada se arregle por ello, todos tenemos derecho a patalear por las injusticias de la vida y sacar por algún lado la impotencia que nos invade. Ésa es una de las cosas que más hecho de menos de ser niñ@, cuando podías tener una berrinche y llorar durante rato sin tener que dar explicación alguna del porqué. Pero ya sabréis por mi primer post que he llegado a los 30 así que de momento, como vía de escape, seguiré apretando mi bolita antistress que curiosamente tiene forma de mundo...

domingo, 7 de marzo de 2010

Capítulo 6: Los domingos por la tarde

Tod@s alguna vez cuando buscamos un día para tomar un café con una amig@ hemos dicho eso de: ¿por qué no quedamos el domingo por la tarde que total nunca se hace nada?. Y es una gran verdad. Los domingos por la tarde el tiempo se vuelve raro. Es como si la sombra alargada del lunes lo cubriese todo de vagancia. Esto se agrava en invierno cuando levantarse del sofá es un esfuerzo sobrehumano y la pereza hace que acabes viendo 3 telefilms de esos de llorar dónde milagrosamente todo acaba bien en los últimos minutos. Otra cosa que se acostumbra a hacer es cocinar algún tipo de postre, si es experimental mejor. Las manualidades también son amigas de los domingos tarde, yo coso (bueno, lo intento) y hago collares. Cuando estos domingos se vuelven especialmente soporíferos puedes acabar cortándote el flequillo copiando un modelo de internet (hecho del cual casi seguro te arrepentirás al día siguiente).
En fin, que los domingos por la tarde pueden ser un filón para desarrollar hobbies o para hacer una tesis sobre la estructura de los dramas de sobremesa basados en hechos reales.

¿Y vosotr@s, qué hacéis los domingos por la tarde?