Dicen que hay que vivir cada día con la misma ilusión y no pensar que mañana será mejor. Pero ayer yo tuve uno de esos días rarunos que empiezan bien y se va quebrando. Así que me fue a dormir tempranito y hoy, aunque siga habiendo crisis y bla, bla, bla, tengo energía renovada y voy a coger al día por los cuernos y a aprovecharlo. Aunque este aprovechamiento ha de ser desde la calma. A menudo somos muy exigentes con nosotros mismos y nos ponemos mil tareas que es imposible llevar a cabo en el tiempo programado. Supongo que un síntoma de madurez es ser consciente de los propios límites. Y ser consciente que no eres mejor ni peor que los demás, sino que eres tú: única e irrepetible. Espero que tengáis todos un buen segundo día de la semana! Y recordad, sois únicos e irrepetibles!